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Cuba desconecta: ¿Por qué desaparecen las centrales eléctricas flotantes?
Cita de admin el 15 de marzo de 2025 a las 7:32Las centrales eléctricas flotantes de la empresa turca Karadeniz Holding están desapareciendo de Cuba, tan discretamente como llegaron. Los contratos de arrendamiento de los buques, antes considerados una solución rápida a la crisis energética, han permanecido opacos. Los expertos critican los altos costos y la limitada eficiencia de las centrales.Durante semanas, las centrales eléctricas flotantes han desaparecido de los puertos cubanos tan misteriosamente como llegaron. A finales de febrero, solo dos de los ocho buques generadores originales, operados por la empresa turca Karadeniz Holding, permanecían en La Habana. Estos tenían una capacidad total de 300 megavatios (MW) y habrían proporcionado aproximadamente una cuarta parte de la generación eléctrica de Cuba hasta 2023.Un costoso experimento energético.
Cuando el gobierno cubano anunció el arrendamiento de las centrales eléctricas en 2022, el ministro de Energía, Vicente de la O, las promocionó como la solución más rápida y eficaz para aumentar la generación eléctrica. Sin embargo, los detalles de los contratos con Karadeniz Holding nunca se revelaron. Esto generó especulaciones entre los expertos: ¿Por qué Cuba arrendaba costosas centrales eléctricas flotantes cuando ya existían sistemas generadores similares en la isla y simplemente necesitaban reparaciones?Un ingeniero de Santa Clara hizo una comparación vívida: "Es como tener un coche, pero dejarlo en el garaje para alquilar uno similar". Si bien algunos de los generadores existentes necesitaban reparación, estas probablemente habrían costado menos que alquilar los barcos generadores.
Otro problema se hizo evidente durante los cortes de electricidad a nivel nacional de 2022 y 2024: las centrales eléctricas turcas necesitaban una fuente de energía externa para arrancar. Las centrales existentes en Cuba, en cambio, podían arrancar de forma independiente y, por lo tanto, eran más resilientes a las crisis.
Contratos poco claros y altos costos.
Si bien los términos contractuales poco claros de Karadeniz Holding han generado controversia en otros países como Ecuador y Sudáfrica, la situación en Cuba sigue siendo aún más opaca. Hasta la fecha, no existe información oficial sobre cuánto pagó el gobierno cubano por los buques de motor ni cuáles fueron las condiciones de pago.Una estimación aproximada basada en los contratos ecuatorianos sugiere que Cuba pagó al menos 313 millones de dólares en 2023 por los 4494 gigavatios-hora de electricidad generada por los barcos, sin incluir el costo del combustible. Incluso con tarifas reducidas, el costo del combustible superó los 155 millones de dólares. En comparación, en Cuba, la empresa canadiense Sherritt generó energía a tan solo 5,74 centavos de dólar por kilovatio-hora, mientras que Karadeniz cobró precios significativamente más altos.
Otro factor decisivo fue la estructura de personal: los especialistas extranjeros de las centrales eléctricas turcas recibían sus salarios en moneda extranjera, lo que incrementaba aún más los costos operativos. En cambio, los trabajadores cubanos cobraban en moneda nacional.
Futuro del suministro energético: ¿Un cambio hacia las energías renovables?
Con la retirada de las centrales eléctricas turcas, Cuba está invirtiendo más en energías renovables. Entre otras cosas, se construirán 55 nuevos parques solares con ayuda china, pero los detalles sobre estos proyectos son escasos. Dada la actual crisis energética, no está claro si este cambio conducirá a un suministro eléctrico más estable.Los expertos abogan por expandir la generación de energía a gas. La empresa cubano-canadiense Energas, por ejemplo, podría aumentar su capacidad mediante inversiones específicas. Las centrales eléctricas a gas no solo generan menos emisiones de CO₂ que los generadores de petróleo o diésel, sino que también tienen menores costos operativos. Sin embargo, la falta de transparencia del gobierno cubano sigue obstaculizando un análisis objetivo de las mejores opciones energéticas.
Se cierra un capítulo costoso, pero ¿qué sigue?
La retirada de las centrales eléctricas turcas marca el fin de un capítulo costoso en la política energética cubana. Sigue siendo incierto si la transición a las energías renovables o a la generación de energía a gas traerá la recuperación esperada. Sin embargo, algo es seguro: el gobierno cubano debe garantizar una mayor transparencia en su política energética en el futuro para evitar seguir minando la confianza de la población y los posibles inversores.
Un costoso experimento energético.
Cuando el gobierno cubano anunció el arrendamiento de las centrales eléctricas en 2022, el ministro de Energía, Vicente de la O, las promocionó como la solución más rápida y eficaz para aumentar la generación eléctrica. Sin embargo, los detalles de los contratos con Karadeniz Holding nunca se revelaron. Esto generó especulaciones entre los expertos: ¿Por qué Cuba arrendaba costosas centrales eléctricas flotantes cuando ya existían sistemas generadores similares en la isla y simplemente necesitaban reparaciones?
Un ingeniero de Santa Clara hizo una comparación vívida: "Es como tener un coche, pero dejarlo en el garaje para alquilar uno similar". Si bien algunos de los generadores existentes necesitaban reparación, estas probablemente habrían costado menos que alquilar los barcos generadores.
Otro problema se hizo evidente durante los cortes de electricidad a nivel nacional de 2022 y 2024: las centrales eléctricas turcas necesitaban una fuente de energía externa para arrancar. Las centrales existentes en Cuba, en cambio, podían arrancar de forma independiente y, por lo tanto, eran más resilientes a las crisis.
Contratos poco claros y altos costos.
Si bien los términos contractuales poco claros de Karadeniz Holding han generado controversia en otros países como Ecuador y Sudáfrica, la situación en Cuba sigue siendo aún más opaca. Hasta la fecha, no existe información oficial sobre cuánto pagó el gobierno cubano por los buques de motor ni cuáles fueron las condiciones de pago.
Una estimación aproximada basada en los contratos ecuatorianos sugiere que Cuba pagó al menos 313 millones de dólares en 2023 por los 4494 gigavatios-hora de electricidad generada por los barcos, sin incluir el costo del combustible. Incluso con tarifas reducidas, el costo del combustible superó los 155 millones de dólares. En comparación, en Cuba, la empresa canadiense Sherritt generó energía a tan solo 5,74 centavos de dólar por kilovatio-hora, mientras que Karadeniz cobró precios significativamente más altos.
Otro factor decisivo fue la estructura de personal: los especialistas extranjeros de las centrales eléctricas turcas recibían sus salarios en moneda extranjera, lo que incrementaba aún más los costos operativos. En cambio, los trabajadores cubanos cobraban en moneda nacional.
Futuro del suministro energético: ¿Un cambio hacia las energías renovables?
Con la retirada de las centrales eléctricas turcas, Cuba está invirtiendo más en energías renovables. Entre otras cosas, se construirán 55 nuevos parques solares con ayuda china, pero los detalles sobre estos proyectos son escasos. Dada la actual crisis energética, no está claro si este cambio conducirá a un suministro eléctrico más estable.
Los expertos abogan por expandir la generación de energía a gas. La empresa cubano-canadiense Energas, por ejemplo, podría aumentar su capacidad mediante inversiones específicas. Las centrales eléctricas a gas no solo generan menos emisiones de CO₂ que los generadores de petróleo o diésel, sino que también tienen menores costos operativos. Sin embargo, la falta de transparencia del gobierno cubano sigue obstaculizando un análisis objetivo de las mejores opciones energéticas.
Se cierra un capítulo costoso, pero ¿qué sigue?
La retirada de las centrales eléctricas turcas marca el fin de un capítulo costoso en la política energética cubana. Sigue siendo incierto si la transición a las energías renovables o a la generación de energía a gas traerá la recuperación esperada. Sin embargo, algo es seguro: el gobierno cubano debe garantizar una mayor transparencia en su política energética en el futuro para evitar seguir minando la confianza de la población y los posibles inversores.